¿Quien recuerda aquellos agostos? El olor a libros y bultos nuevos, al cuero de los zapatos nuevos, el nuevo uniforme planchaito que picaba y daba calor, todo por lo cual no debemos de dejar de agradecer nunca a Dios así como a nuestros padres y madres por habernos dado esa oportunidad en la vida.
Llegar a esa nueva experiencia a tan corta edad, las vocales, la cartilla fonética, la maestra (“missis”)(“sister”), el sabor a agua fría de la fuente, el recreo, el timbre, ¡ahí viene el director!, ¡se me olvido hacer la asignación! seguido del regaño, el examen, levantarse tempranito, la fila, los salones, los pupitres, la pizarra, el borrador, la tiza, su polvo acompañado a veces de la dentera producida por el crujir de la tiza sobre la pizarra, el olor de las flores en el jardín de la escuela. Los días lluviosos, las risas, los llantos.
Sería interminable la lista de cosas que vienen a la memoria de todos los momentos que unos más que otros, compartimos como compañeros por tantos años.
Volvemos a revivir esos momentos ya siendo padres y madres, viendo como se forman lazos de amistad entre nuestros hijos así como en el pasado lo hicimos nosotros y los que estaban antes que nosotros.
El tiempo de la historia que nos tocó vivir conllevó el que muchos se tuvieron que desplazar más allá del horizonte o simplemente la rutina nos separó. Dios nos ha permitido el volver a encontrarnos y poder estrechar esos lasos fraternales que nos unen y hasta recordar a aquellos compañeros que formaron parte de nuestras vidas y hoy en día ya no están físicamente con nosotros. Elevar una oración por aquellos compañeros que están pasando momentos y pruebas difíciles, ¡Que puedan ser superarlos!
Somos de la generación del 60’, Gardel cantó que 20 años no son nada, ¡PERO "JrODER"! 50 son medio siglo. No importando todo lo que nos haya tocado vivir que lindo, bueno y alentador fue el haber podido compartir y brindar juntos, vernos, oírnos, sentirnos, reír y sobre todo tener la esperanza de que Dios nos permitirá repetir la experiencia una vez más, aunque no seamos todos los que estemos, ni estemos todos los que seamos.
Para ti un abrazo de corazón, cuídate mucho y
Que la Paz de Nuestro Señor Jesucristo sea contigo.